Nunca pensé que la muerte de Anthony Bourdain me fuera a pesar tanto. No soy fanático de la comida, por eso realmente no veía tanto el programa, pero las veces que lo vi, vi a un hombre pleno disfrutando de la vida, viajando por todo el mundo haciendo lo que quería; nunca me imaginé que se pudiera suicidar alguien con esa vida tan interesante.
Porque hay que decirlo, viajar a todos los rincones del mundo con un equipo de cámaras de televisión filmando lo que se está haciendo y además disfrutarlo, no hay muchos seres humanos que vivan así.
Qué me gustaba de Bourdain?, muchas cosas, lo vi en entrevistas y siempre un hombre inteligente que más que chef era un antropólogo que llegaba a conocer muy bien a la gente donde se encontraba. Solo hay que leer lo que escribió sobre México. y hoy precisamente el caricaturista Paco Calderón lo pone en su cartón dominical. (Esta línea pienso que ya está fuera de tiempo para cuando se publique esta cuartilla).
Me gustaba que lo mismo tomaba una cerveza que un vino muy caro; ahora leo que cuando pasaba con alguno de sus colaboradores por el aeropuerto de Atlanta, aprovechando el tiempo entre vuelos, corrían a comprar pollos de la cadena Popeyes, qué maravilla!.
Verlo siempre vestido en forma casual cómoda sin grandes pretensiones, mezclándose perfectamente en el ambiente de donde se encontrara, o de smoking en recepciones de premios o en eventos muy formales, qué bien se le veía uno y otro.
En fin, se va un grande de la televisión que por lo que he visto en los periódicos y noticias tanto nacionales como extranjeras, tenía muchos seguidores y amigos que lo van a extrañar. Me impacta también pensar que somos de la misma edad, 61 años; todavía hay bastantes cosas que hacer y él podría haber hecho más, en fin así es la vida y para adelante.
Por lo pronto a seguir viviendo y buscar razones para hacerlo bien. Yo que ahora regresé de la Península de Yucatán después de un viaje de 10 días, vengo muy motivado para leer más e investigar más sobre John Stephens y Frederick Catherwood, que entre los dos escribieron (Stephens) e ilustraron (Catherwood) dos libros sobre las ruinas mayas de Yucatán y otros lugares de Chiapas y Centro América que me encantaría visitar, siguiendo los pasos de estos dos viajeros extranjeros que dieron a conocer al mundo lo que son las ruinas mayas y de esa manera despertar la curiosidad de otros exploradores viajeros para saber más de esta gran civilización, incluyéndome a mi.
Les puedo recomendar un libro que compré en Mérida que se llama: “En Busca de los Antiguos Mayas – Historia de la Arqueología de Yucatán, de Alfredo Barrera Rubio, editorial Dante, libro a todo color que contiene información en forma breve sobre los Cronistas, viajeros, exploradores y la profesionalizacion de los estudios arqueológicos.